Hay una tendencia creciente e imparable hacia la multitarea. Aunque aparenta eficiencia, socava nuestra habilidad para operar de manera óptima. Varias investigaciones han demostrado que al intentar dividir la atención entre varias actividades simultáneamente, ninguna recibe el enfoque completo que merece. En realidad, no hace falta ninguna investigación para creérselo. Lo cierto es que cuando queremos hablar por el móvil, revisar el correo y tomar notas a la vez, la cosa no funciona. Es un deterioro de calidad en todas ellas. Una metáfora que encontré particularmente ilustrativa compara nuestra energía mental con un arroyo de montaña: al dividirse en múltiples afluentes, su fuerza se reduce drásticamente al llegar al valle. Así, mi capacidad mental, siendo finita, disminuye en proporción a cuánto divido mi atención.
He aprendido que centrarme en una sola tarea no solo es cuestión de eficiencia, sino también de bienestar mental. Practicar el enfoque de mi mente en un único objeto, ya sea un elemento sensorial o un concepto mental, ha fortalecido mi habilidad para concentrarme. Aunque mi mente naturalmente divaga, he descubierto que el entrenamiento mental puede guiarme de vuelta a un estado de concentración y serenidad, alejándome de las distracciones.
Vivimos en una era de estimulación constante, donde la multitarea es a menudo promovida como una habilidad deseable. Sin embargo, este enfoque me ha llevado a estados de superficialidad, privándome de la riqueza que se encuentra en la atención plena. He encontrado en la meditación y técnicas similares, un camino para recuperar esta profundidad, permitiéndome vivir cada momento con mayor intensidad.
Cada instante de conciencia que experimento me ofrece la oportunidad de vivir la vida de manera plena. En un mundo que prioriza la rapidez, me he dado cuenta de que la calidad de mi atención determina la calidad de mis experiencias. Tomarme el tiempo para cultivar un estado mental centrado no solo mejora mi capacidad de trabajo sino que también enriquece mi experiencia vital, abriéndome a estados de tranquilidad y claridad mental antes desconocidos.
He comprendido que la salud mental, al igual que la física, se beneficia enormemente de períodos de descanso y serenidad. En una sociedad que valora la acción constante sobre el bienestar, me resulta revolucionario reconocer la importancia de la quietud. La investigación sugiere que, así como un cuerpo en reposo es más saludable, una mente tranquila es más resiliente frente a la ansiedad y el estrés. Este enfoque hacia una mente serena no solo tiene implicaciones personales sino que podría también llevar a una sociedad más pacífica y armoniosa.
Y además, asequible; la paz y la tranquilidad están al alcance de todos. Al desconectar las distracciones externas y dedicarme a simplemente estar, he descubierto una fortaleza interna a menudo olvidada en el ajetreo diario. Encontré que enfocarme en una sola cosa a la vez no solo es más saludable sino que también ofrece una profunda satisfacción.
Artículo inspirado en “Busy Signal”, escrito por Andrew Olendzki y publicado en el invierno de 2009 en la revista Tricycle.